Miles de españoles en situación extrema atestan las colas del hambre mientras el Gobierno despilfarra millones en chiringuitos de género. Hay que optimizar cada euro de la inversión pública y no repartírselo entre los amiguetes amparándose en problemas prácticamente inexistentes. La transfobia, afortunadamente, es muy residual en España, prácticamente inexistente.
Sin embargo, a día de hoy cientos de miles de españoles siguen sin cobrar su ERTE, o en la pobreza energética. Piensen ustedes muy bien donde emplear nuestros limitados recursos.