En cuestión de valores, libertades y derechos no hay que dar nada por sentado. Si no se defienden y no se deja claro que no se va a transigir, puede aparecer cualquier dictadorzuelo sin prejuicios morales a eliminarlos. Llevamos mucho tiempo transigiendo con nuestros valores y con nuestros derechos. Se nos denigran los valores y se nos pervierten los derechos, vulnerados por extraños neoderechos que nadie ha pedido y que chocan frontalmente con derechos fundamentales y con libertades. Así, ya sin valores a los que aferrarnos y sin derechos que nos amparen, ejerciendo esos neoderechos de caramelo envenenado, las pocas libertades que nos quedan se van por el sumidero del recuerdo.
Cuando los valores están por encima de las leyes y las orientan, podemos considerar que nuestros derechos están garantizados, pero cuando las leyes están por encima de los valores, cualquier miserable puede imponernos leyes que nos dejen sin derechos y sin libertad. Está pasando. Todo comenzó el día que empezamos a transigir, el día en que el consenso entre el bien y el mal era el más valioso de los activos y en su altar fuimos sacrificando, uno a uno, nuestros valores. Los derechos y las libertades fueron detrás. Ya no nos queda casi nada que ofrecer. La vida y el futuro de nuestros hijos. Y ya nos los están demandando. YA es hora por tanto de despertar.
Alicia V. Rubio Calle