La izquierda marxista trata de hipersexualizar a los menores en los colegios normalizando el consumo de pornografía y de prácticas sexuales tempranas en nuestros hijos.
“Los adolescentes pueden tener un consumo enfermizo y obsesivo de la pornografía siempre que esta sea inclusiva, tolerante, igualitaria, homonormativa y no violenta… y supongo también sostenible, ecológica y reciclable”. Parece una distopía. Es una realidad.